Houston Texas, 31 de Julio de 2009.
El 27 de julio estaría cumpliendo años mi entrañable amigo Juanro. Y como siempre le escribía un email para felicitarlo, aprovecho este blog para "saludarlo" y compartir mi agradecimiento por su amistad.
Conocí a Juanro siendo yo residente en el Centro Universitario Ciudad Vieja en el año 1988, cuando llegó a dar una plática sobre algo relacionado con economía o mercadeo (no recuerdo exactamente el título). Me llamó mucho la atención la forma tan clara, convincente, pero sobre todo amena con la cual expresaba sus ideas. Después de varios años establecimos una gran amistad, la cual continuó incluso a pesar de la distancia geográfica.
Habiendo yo terminado mis estudios universitarios, asistía los sábados a unas charlas de formación cristiana que él dirigía en el Centro de Formación Rosul. A estas charlas asistía un buen grupo de alumnos suyos de la Universidad Francisco Marroquín y otros amigos estudiantes universitarios de otras universidades. Siempre que hablaba con él, mostraba un genuino interés por mi trabajo, familia, mis ideales, en una palabra una genuina amistad. Además, se vivía un gran ambiente de camaradería entre los que asistíamos a las charlas.
A mediados de los años 90 recibí una llamada suya para preguntarme si quería trabajar en un proyecto de consultoría con él, a lo cual acepté. Desde el punto de vista profesional, fue una gran experiencia, porque me permitió ver de primera mano su capacidad de trabajo y organización. Al finalizar uno de los proyectos para una compañia de telecomunicaciones en el extranjero, JuanRo presentó los resultados a la alta gerencia. La presentación fue magistral.
De la misma manera, hace un par de años cuando platiqué con él acerca de colaborar con Utzsamaj (un centro de capacitación para campesinos en el altiplano--Tecpán, Chimaltenango) del cual era directivo, se entusiasmó muchísimo e inmediatamente me puso en contacto con la persona encargada.
No recuerdo exactamente cuando, pero me dió mucha alegría enterarme de dos noticias suyas. La primera, sus estudios de doctorado. Juanro tenía una capacidad intelectual única y podría haber estudiado en cualquier universidad de primer nivel en cualquier país del mundo. La segunda noticia, fue su elección como concejal de la municipalidad de Guatemala. Estoy seguro que muchas ideas de lo que ahora se ve en el trabajo de la municipalidad fueron impulsadas por él. Siendo tico, trabajó con gran ilusión por mejorar la ciudad de Guatemala, elocuentemente expresado por el Dr. de la Torre cuando dice que “era un tico globalizado”, ¡en todos los sentidos!
Cuento estas historias tan variadas porque reflejan la calidad humana de JuanRo en toda su dimensión. Veía en cada ser humano, a una persona única, lo cual le llevó a tener un trato humano inigualable. De la misma manera podía hablar con un alto ejecutivo, con un campesino, con un estudiante universitario, con un amigo, sin importar su condición social, formación académica, o ideas. Esto se demuestra en algunos testimonios publicados después de su muerte. Los cuales mencionan entre otras cosas como lograba dialogar incluso con aquellos con quienes no compartían las mismas ideas.
Su muerte fue y sigue siendo dura de comprender. Pero su alegría y la forma en la cual trató a tantísimas personas de toda condición, hacen que el recuerdo de su vida brille más que el dolor de su pérdida. En resumen, su vida fue un punto de referencia hacia ese misterio para el cual hemos sido creados, y más en concreto hacia el Creador. Estoy seguro que Juanro goza ya cara a cara de Cristo Resucitado. Sin embargo, este esbozo estaría incompleto si no incluyera un agradecimiento a la familia Brenes por darnos el regalo que JuanRo fue para tantos, de los cuales me siento yo muy afortunado por brindarme su amistad.
¡Feliz cumpleaños Juanro y gracias por tu amistad, porque con tu vida nos enseñaste que el encuentro con Cristo es un aventura apasionante, que se vive con intensidad cada día en cualquier circunstancia!
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